Era 2013 y no tenía ni bicicleta. Dedicaba gran parte de su tiempo a su profesión como arquitecta técnica, aunque el deporte siempre había sido su pasión. Nueve años más tarde, el palmarés de Clàudia Galicia no ha parado de crecer tras su primer triunfo en la Titan Desert 2013. Ahí acudió gracias a un sorteo que le permitió formar parte del equipo Polar Team en esta dura carrera por etapas por el desierto de Marruecos. Y no contenta solo con disfrutar de la experiencia, acabó subiendo a lo más alto del podio. Era la primera victoria de muchas encima de una bicicleta y, sin duda, fue el detonante que le permitiría empezar a consolidarse como deportista profesional. Ella es un claro ejemplo de cómo la motivación ayuda a llegar y mantenerse en la élite.
Pero Clàudia no tenía suficiente con las dos ruedas. Llevaba años compitiendo en esquí de montaña y su apuesta por el deporte le permitió, también, retomar esta práctica y hacerse un lugar en la élite internacional, consiguiendo éxitos como dos Campeonatos del Mundo Sprint (2017-2019), Campeona de la General de copa del Mundo (2019), 3ª posición en el Campeonato de Europa de carrera vertical (2014), 3ª en el Campeonato del mundo por relevos (2015) y 2ª en la Copa del mundo (2016).
En paralelo, seguía demostrando sus cualidades encima de la bici, imponiéndose de nuevo en la Titan Desert 2014, La Rioja Bike Race (2014-2017) o logrando una 2ª posición en el Campeonato de Europa de XCM (2017).
Pero no todo han sido flores en la vida deporiva de Clàudia. Entrenar y competir al límite conllvera lesiones; y Galicia no ha escapado de ellas a lo largo de su trayectoria. Eso sí, ha sabido recuperarse y aprender de todas ellas para seguir demostrando cómo la motivación ayuda a mantenerse en la élite. Como buena luchadora, nunca ha tirado la toalla.
Con un claro perfil multideporte y gran amante de la montaña, Galicia siempre tuvo muy claro que su carrera como deportista profesional tenía fecha de caducidad. Así, igual que empezó casi de manera inesperada, esta Polar Ambassador anunció su retirada de la exigente competición con una nueva victoria en la Titan Desert 2020. El círculo se cerraba y Clàudia podría volver a centrase en su trabajo como aparejadora.
La suya es una historia de éxito y de cómo cómo la motivación ayuda a llegar y mantenerse en la élite; y sirve para demostrarnos que la fe (y entrenar bien) puede mover montañas. Ahora, sigue disfrutando de la bici y los esquís de otra manera, sin presión y saboreando muchas de las cosas a las que debe renunciar un deportista profesional. En Polar estamos muy orgullosos de haber contribuido a su exitosa carrera deportiva y es que, según comenta, para ella: “Polar es más que un sponsor. Desde mis inicios, he crecido con ellos como deportista y como persona. El vínculo y el apoyo que me han dado ha sido muy importante en todos los sentidos, tanto profesional como personal. Siempre les estaré agradecida… y los momentos compartidos los recordaré toda la vida».
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