“No hay otra opción,” admite Dani Mateo, maratoniano de élite y atleta olímpico español. “Pese a las dificultades, los atletas tenemos que volver a salir a correr porque ese, correr, es nuestro trabajo.”
Para Dani, la constancia y la determinación marcan la vida de un atleta. Gracias a la disciplina, los atletas de élite logran ejecutar unos planes de entrenamiento con una carga de trabajo, mantener unos hábitos de descanso e incluso superar contratiempos y resultados decepcionantes.
Con esa determinación excepcional, Dani Mateo prepara el próximo maratón de Valencia, donde esperar una buena marca que quizá le permita optar a un puesto en el equipo español de maratón para los Juegos Olímpicos de París. Con trabajo, atrás quedó la decepción tras su última participación en un gran campeonato.
El maratón del Campeonato de Europa de Múnich en agosto de 2022 no fue el mejor día para Dani Mateo. Después de ser décimo en el mundial de Doha en 2019 y alcanzar una mejor marca personal de 2:08:22 en Valencia en 2020, el atleta de Soria se sentía preparado para realizar una gran actuación en Múnich y lograr algo muy especial. Los meses de duro entrenamiento habían sido buenos, incluso durante los días más calurosos del mes de julio. Días antes de tomar la salida, Dani estaba confiado en poder estar entre los mejores y, quizá, colgarse una medalla.
Los primeros kilómetros por las calles de Múnich transcurrieron según el plan. Sin embargo, la distancia de maratón siempre es una incógnita, y una buena preparación no garantiza el resultado deseado; cualquier pequeño error o imprevisto puede arruinar meses de trabajo. Y aquel día, según avanzaba la carrera, Dani acumulaba malas sensaciones. Algo iba mal.
Las altas temperaturas y una fuerte deshidratación provocaron que el atleta español no pudiera mantener el ritmo y poco a poco viera alejarse a sus rivales. Después de sufrir durante minutos que parecieron horas, Dani terminó en decimocuarta posición con un tiempo de 2:14:34, muy alejado de su objetivo.
Ya en los últimos metros, justo antes de cruzar la meta, el rostro de Dani reflejaba su decepción por no haber podido darlo todo. El campeonato de Múnich era su gran objetivo, una carrera que había estado marcada en su calendario desde su debut en maratón. «¿Y ahora qué?», se preguntó al día siguiente.
Trabajo diario hacia grandes objetivos
No participamos en grandes campeonatos, pero al igual que los atletas de élite, los corredores populares nos ponemos las zapatillas varios días a la semana y salimos a correr para cumplir con un plan de entrenamiento de la manera más rigurosa posible. A veces nos quejamos si hace mucho frío, llueve, o nos toca un entreno de cuestas. Otras veces, madrugamos de más los domingos para cumplir con la tirada larga, e incluso luego, nos saltamos el postre para no sabotear la dieta.
Pera los atletas populares, no nos ganamos la vida corriendo y compitiendo en carreras. No tenemos ninguna obligación. Aun así, salimos a correr con la ilusión de buscar nuestro mejor rendimiento. Y lo hacemos porque sabemos que el esfuerzo diario nos acerca a nuestro objetivos y sueños. Porque conocemos la importancia y necesitad de ponernos a prueba, de buscar nuestros límites. Da igual cuál sea el objetivo (correr nuestro primer 5k o bajar de tres horas en maratón), sufrimos en carreras, porque sabemos de la importancia de conocer nuestros límites, de mejorar. Así nos forzamos a salir de nuestra zona de confort para ver, sentir y vivir algo diferente.
¿Pero qué ocurre cuando no alcanzamos nuestros objetivos? Tras cruzar la meta en Múnich, además de recuperarse del esfuerzo, Dani Mateo debía recobrar el entusiasmo para seguir entrenando.
¿Pero qué ocurre cuando no alcanzamos nuestros objetivos? Tras cruzar la meta en Múnich, además de recuperarse del esfuerzo, Dani Mateo debía recobrar el entusiasmo para seguir entrenando.
Como atleta profesional, su respuesta fue trabajo. “No queda otra,” explica. “Por desgracia en Múnich me tocó un día malo, pero hay que seguir corriendo. Es un proceso largo y cualquier decepción es una enseñanza.”
Esta tenacidad es habitual en atletas de élite como Dani Mateo. No obstante, cualquier popular, con tenacidad y constancia, puede desarrollar una rutina para continuar entrenando y dedicando el tiempo libre a la actividad física, superando contratiempos y decepciones. Si además nos planteamos ciertos objetivos, da igual que sean pequeños o grandes, gracias a esa determinación vamos a ser capaces de construir unos pilares lo suficientemente rígidos y consistentes como para soportar los rigores de un plan de entrenamiento. Poco a poco y sin darnos cuenta, la determinación y la disciplina nos llevan a vivir como un deportista.
Un estilo de vida A contracorriente
Muchas veces, esa dedicación significa ir contracorriente, como anteponer el descanso a una fiesta con amigos. Antes de ser profesional, Dani Mateo ya sabía lo que es ir contracorriente, ser el “raro”. En muchas ocasiones, siendo un adolescente a quien se le daba bien correr, Dani tuvo tomar el camino más difícil: ser disciplinado para seguir entrenando y mejorando. “Probablemente esa fase de la vida, cuando eres un adolescente, sea el peor momento para quienes empezamos a dedicarnos al deporte de manera profesional. Son esos años cuando la mayoría de tus amigos quieren salir de fiesta, pasarlo bien, y tú en cambio, tienes que decir que no e irte a casa a descansar para estar en las mejores condiciones para entrenar al día siguiente. En esos momentos sientes la presión social y necesitas una gran fuerza de voluntad. Llega un un momento en el que hay que darse cuenta de que el atletismo es nuestro trabajo y el estar en las mejores condicione es nuestra responsabilidad,” explica.
“El atleta popular tiene mucho mérito porque es gente que tiene otro trabajo, otras responsabilidades. Con todo ello, el popular sale a correr y a entrenar porque tiene ilusión y disfrutan con ello”, admite el atleta español.
“El atleta popular tiene mucho mérito porque es gente que tiene otro trabajo, otras responsabilidades. Con todo ello, el popular sale a correr y a entrenar porque tiene ilusión y disfrutan con ello”
Dani Mateo, atleta olímpico.
¿Pero cómo se puede mantener esta dedicación durante años de entrenamiento? Según Dani, “siempre hay que tener pequeños objetivos que nos ayuden a dar pasos hacia una ambición mucho mayor. La carrera de un atleta puede ser muy larga y se necesita paciencia e ir despacio. Cumplir pequeños objetivos es lo que nos hace avanzar”.
Objetivo: Paris 2024
El gran objetivo de Dani Mateo es volver a representar a España en unos juegos olímpicos, como ya hiciera en Tokio en 2021. “Allí, en Japón, la estancia fue dura porque estábamos en Sapporo, alejados del resto de atletas. Además, con las restricciones por la Covid, solo podíamos correr por un pequeño circuito,” recuerda Dani. “La carrera también fue dura, pero fue un momento muy feliz, la culminación de un largo proceso. Ojalá vuelva a ser olímpico.”
Tras unos meses sin grandes objetivos en el calendario, el atleta ha vuelto a la rutina que marca la preparación de un maratón con la intención de intentar lograr la mínima olímpica en el maratón de Valencia. Sin apenas días libres, su plan de entrenamiento incluye muchos días de sesiones dobles. Mañana y tarde, Dani sale a correr por las carreteras de Soria, una zona rural, despoblada, en donde no es extraño no cruzarse con nadie mientras corre.
Además, este ciclo de entrenamiento incluye una concentración de 25 días en Granada con el objetivo de entrenar en altitud. “El plan de maratón es muy duro y hay que ir día a día,” explica. “En realidad, es como la carrera. Solo hay que pensar en el kilómetro inmediatamente después y no más allá. Completar cada entrenamiento, poco a poco, ayuda a mantener la motivación y a la vez otorga una sensación de liberación.”
Los atletas populares no tenemos el objetivo de participar en un campeonato del mundo o en unos juegos olímpicos, pero podemos marcarnos objetivos igualmente ambiciosos. Quizá intentamos completar un 10k en menos de hora, clasificarnos para el maratón de Boston, o completar el circuito de maratones majors. Marcarnos estos objetivos y tener la constancia y la disciplina necesarias para seguir entrenando nos hace sentirnos y comportarnos como atletas.
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