Cuando te inicias en el deporte es fácil que un día u otro tengas la curiosidad de empezar a competir. Es la consecuencia lógica en muchos casos y lo que da sentido a tus entrenamientos.
En el colegio, eran los profesores quienes te ponían un examen para evaluar lo que habías estudiado. Ahora, eres tú quien elige ponerte a prueba para conocer tu estado de forma, luchar por un puesto en el podio o, simplemente, pasar un buen rato.
Cuándo empezar
Si nos preguntamos cuándo es el mejor momento para empezar a competir, habrá tantas respuestas como casos particulares. Aún así, la teoría nos dice que, antes de hacerlo, es importante tener una buena base. No quieras ir demasiado deprisa antes de proponerte tu primer reto. Si lo haces, corres el riesgo de pasar un mal rato y que toda la ilusión que habías depositado en ese momento, se esfume.
Si lo tuyo es el running, deberás seguir un plan de entrenamiento adaptado a tu nivel. Intenta disfrutar de tus primeras sesiones y, poco a poco, introduce salidas más exigentes que te permitan mejorar tu estado de forma. Así, podrás afrontar tu primera carrera con más garantías y disfrutarla como mereces.
Cómo empezar
Como casi todo en esta vida es mejor empezar a competir con el objetivo de disfrutar. Si somos demasiado ambiciosos en nuestros inicios, corremos el riesgo de no cumplir nuestras expectativas. Siente esos nervios el día antes de competir, déjate asombrar por el ambiente, rodéate de gente que ama el mismo deporte que tú y redondea el día tomando conciencia de lo que acabas de hacer. Una vez empieces a competir, déjate llevar por tus sensaciones: si eres muy competitivo, lucha por mejorar día a día; si prefieres tomártelo menos en serio, déjate llevar por la buena energía que genera el mundo de las carreras.
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Ten en cuenta que la información de los artículos de Polar blog no pretende sustituir el asesoramiento de un profesional sanitario. Consulta a tu médico antes de empezar un nuevo programa de fitness.
