No es ninguna estupidez ni un tópico afirmar que Marathon des Sables es una competición muy especial y única. Pero realmente no te das cuenta de ello hasta que la vives en primera persona.
Me siento afortunada porque gracias a mi profesión tengo la oportunidad de competir en distintas partes del mundo, en carreras muy diferentes y en formas de hacer muy peculiares todas ellas. Cada carrera por etapas es un reto nuevo y su gestión es lo que más me motiva y lo que me ha dado mucha experiencia en este campo.
Pero, ya antes de ir, sabía que Marathon des Sables era diferente a todas. ¿Por qué? La autosuficiencia, para mi es la clave de todo.
Un reto no apto para todos
Vamos a empezar por el principio, Marathon des Sables es una competición de 6 etapas en la zona del desierto del Sahara marroquí, durante las cuales se corren 250km en autosuficiencia. Esto significa que la organización, más allá de ofrecerte seguridad en todo momento, que no te pierdas y asistencia en caso de necesidad, no pone nada más que las haimas en los campamentos y el agua.
De tal modo que cada participante carga con la comida de las 6 etapas, el material obligatorio y el material extra que haya creído oportuno en detrimento del peso que va cargando en su espalda.
A parte de correr, que evidentemente, hay que llegar muy bien preparado físicamente porque las condiciones no son nada favorables: calor intenso durante el día, frío durante la noche, una mochila que el primer día pesa entre 8 y 10 kg aproximadamente, un terreno muy irregular que combina dunas con desierto duro y piedras; lo crucial y aquello que será el éxito o el fracaso del paso por Marathon des Sables es la gestión de la comida, de la hidratación y del descanso.
El mejor aliado para Marathon des Sables
En este sentido también me siento muy afortunada. Tengo la suerte de que, en todas mis hazañas, me acompaña el mejor material y tecnología y en este caso no se pueden pasar por alto las funciones de mi Polar Grit X Pro Zafiro.
Es evidente que, para poder gestionar los esfuerzos, saber con precisión los km de cada etapa es clave, cosa que esta monada me clava al dedillo. Pero a parte de ello, durante mi semana en el desierto me acompañaron básicamente dos funciones más:
- la de gestión del descanso y de la recuperación
- la de gestión de alimentación e hidratación
Si tenemos en cuenta la primera, saber la carga que me había supuesto cada etapa me ayudaba a poder regular las siguientes. Y tener la conciencia del estado de recuperación que había sido capaz de alcanzar en la precaria situación nocturna en el desierto también me daba mucho información para poder gestionar el día a día.
En cuanto a la segunda, me fue básica sobretodo cuando el cansancio empezó a llegar de forma repetitiva. Cuando la concentración ya se pierde un poco. Si ya es clave alimentarse e hidratarse bien en una carrera convencional, en estos casos son la base para poder conseguir el éxito. Así que me programé avisos para no dejar que mi cuerpo en ningún momento estuviera sin las calorías necesarias, ni sin las sales, ni sin la hidratación necesaria. Con tan solo una vibración en mi muñeca sabía que tocaba llevarme alguna cosa a la boca y no tenía que estar pensando en ello en todo momento y podía centrarme en otras cosas.
Una victoria soñada
Marathon des Sables es la mezcla perfecta de aventura, reto deportivo y personal y un título muy importante en la carrera de cualquier deportista. Poderla ganar ha sido un sueño muy trabajado y muy anhelado. Poderlo hacer acompañada de personas y marcas como Polar un auténtico placer y una verdadera fortuna.
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